Invierno y primavera son buenas épocas para animarse a hacer rutas culturales por Catalunya. Tenemos mucho patrimonio cultural y la mayoría de nosotros lo conocemos poco. Por lo general, estamos bastante familiarizados con el legado románico y medieval que hay en nuestra tierra, pero también tenemos un patrimonio industrial importantísimo, especialmente en el sector textil. Así que hoy os proponemos hacer la ruta de las colonias textiles del Llobregat –en cuanto se abra la veda– para conocer esta parte clave de la historia de Catalunya.
El Llobregat acoge prácticamente la mitad de las colonias textiles de Catalunya. Sus aguas hicieron funcionar nada menos que 34 colonias textiles, la mayoría de ellas en el Berguedà y el Bages. De hecho, el tramo del Llobregat del Baix Berguedà, entre Berga y el límite con el Bages, presenta la mayor concentración de colonias textiles de Europa (15 colonias en apenas 20 km) –ya lo tenemos, los bergadanos, que somos algo exagerados. De estas 34 colonias, algunas han desaparecido (como la Colonia Carme de Cercs, actualmente bajo las aguas del pantano de la Baells) o están profundamente degradadas por el abandono; otras han sido engullidas por el crecimiento urbano de los pueblos cercanos o perduran como núcleos de población; las hay que se han reconvertido en zonas industriales modernas –algunas de las fábricas siguen funcionando–, y otras han sido museizadas. Visitarlas todas requiere una inversión de tiempo que muchos no tenemos. Por ello, descendiendo por el Llobregat, os presentaré las que son imprescindibles.

Cal Rosal, por debajo de Berga, fue la primera fábrica que se instaló bajo el régimen de colonia textil en Catalunya. Hoy en día es un núcleo de población activo. De la antigua colonia destaca el convento, ahora reconvertido en un espacio de mediación cultural y de creación y difusión artísticas llamado Konvent. Actualmente es un centro de arte contemporáneo referte en el país, con una amplia y rica agenda cultural, en el que se ofrecen desde residencias para artistas de todo tipo hasta exposiciones, conciertos y espectáculos varios.
En Gironella, entre otras, encontramos la colonia de Viladomiu Nou, que destaca por la Torre de l’Amo, la casa señorial que servía de segunda –o tercera, o cuarta– residencia de la familia Viladomiu, propietarios de la colonia. A diferencia de las torres de los amos de muchas colonias textiles, esta se encuentra en un excelente estado de conservación y se ha convertido en museo. La planta baja acoge diferentes servicios y órganos de la Administración, pero la primera planta y la planta desván, completamente restauradas, muestran una recreación de la antigua casa del amo. La visita a la Torre de l’Amo de Viladomiu Nou nos permite tener una idea de cómo vivían los dueños de las colonias textiles.


En la ruta de las colonias textiles del Llobregat, Puig-reig es una parada obligada para visitar dos de sus colonias.Cal Pons probablemente sea la colonia más importante de Catalunya a nivel arquitectónico y urbanístico. Toda ella es un conjunto arquitectónico protegido como Bien Cultural de Interés Nacional. Actualmente es un núcleo de población activo, pero vale la pena visitarlo. Destacan las dos torres de los amos, espléndidas y rodeadas de un conjunto de jardines y bosque muy agradable, y la magnífica iglesia neogótica de Sant Josep. La iglesia es visitable y dispone de tres espacios museizados en los que se puede profundizar en el papel de la iglesia en la consolidación del sistema de colonia industrial. Hay que mencionar también el chalé del director, menos impresionante que las torres, pero digno de ver, y el convento de las monjas. ¡No podéis dejar de dar un paseo por aquí!
Pero, si os hace falta una excusa de mayor peso para ir hasta Puig-reig, la Colonia Vidal bien merece el viaje. Es la última que se abrió en el Berguedà y también la última en cerrar y es destacable porque, a diferencia de la mayoría, ha permanecido deshabitada y se ha convertido en museo toda ella. Una visita guiada muy recomendable nos lleva a hacer un recorrido por la colonia, que conserva todo su patrimonio, visitando los espacios más significativos y también los diferentes servicios de la colonia obrera. Incluso pueden verse los habitáculos de los obreros por dentro y, si habéis visitado antes la Torre de l’Amo de Vilamodiu Nou, podéis experimentar la diferencia de primera mano. El Museo de la Colonia Vidal nos ofrece una forma muy entretenida de descubrir cómo era la vida y el trabajo en una colonia textil del siglo XX, así como conocer el proceso de transformación del algodón usando el agua como fuente de energía. ¡Todo el mundo sale muy contento!


Ya en el tramo bajo del río, en Esparraguera, encontramos la Colonia Sedó. Hoy en día es un polígono industrial bastante importante, pero la vieja fábrica acoge el Museo de la Colonia Sedó. Su atractivo principal es la antigua turbina, la más grande de España, pero también pueden verse, entre otras cosas, una maqueta de la colonia y un audiovisual en 3 dimensiones que explica su historia. La visita al museo nos descubre la estructura y funcionamiento de la colonia, así como el complejo sistema energético que hacía funcionar la fábrica. Además, puede hacerse una visita autoguiada por todo el recinto para admirar sus edificios principales, entre los que destacan la casa del amo con su jardín y las chimeneas. También vale la pena ver el acueducto y el salto de Broquetes. Un buen sitio para pasar una mañana impregnándose de historia.
Si seguimos bajando por el Llobregat, es obligatorio hacer una parada en Santa Coloma de Cervelló para visitar la Colonia Güell, una de las mayores de este río y uno de los conjuntos modernistas más importantes de Catalunya, Para que os hagáis una idea, la planimetría del conjunto estuvo a cargo de Gaudí, ni más ni menos, y su influencia se percibe en varios edificios de la colonia. Gaudí mismo diseñó la iglesia, aunque finalmente solo se construyó la cripta, llamada Cripta de Gaudí, dado que el proyecto arquitectónico de la colonia quedó abandonado al morir Eusebi Güell –sí, sí, el mismo que encargó el Parc Güell. El diseño de la iglesia de la Colonia Güell bien podría ser un precursor de la Sagrada Familia, con elementos que se reconocen perfectamente en la cripta. La cripta, por sí sola, es una deliciosa obra de arte de relieve internacional que merece sobradamente haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Son espectaculares también Ca l’Espinal y Ca l’Ordal, y la Casa del Mestre es magnífica. Si os interesa la arquitectura, esta es una visita imprescindible.

La ruta de les colonias textiles del Llobregat no es una excursión de un día, ni siquiera de un fin de semana. Pero se puede hacer por partes, o cogiéndose unos días –por ejemplo, por Semana Santa– para recorrer tranquilamente el curso del Llobregat. Vale la pena para hacer algo de turismo cultural por Catalunya y puede hacerse en familia, si los niños no son demasiado pequeños. Y nos descubre una parte de nuestra historia reciente a la que a menudo no prestamos atención suficiente, a pesar de su importancia crucial en el desarrollo de la Catalunya actual que conocemos. Es un paseo por el contexto social de nuestros abuelos y bisabuelos que puede ayudarnos a entender muchas cosas que nos son cercanas. Os invitamos a sumergiros en el pasado industrial catalán mientras disfrutáis de una experiencia turística, artística y cultural. ¡Venga, animaos!
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