El Pirineo Catalán es una zona tan grande que ocupa casi la mitad de los Pirineos. No es de sorprenderse que cuente con tantos rincones hermosos y una historia llena de culturas y pueblos medievales. La naturaleza se mantiene siempre viva entre las imperecederas montañas, siendo una atracción turística de las más sutiles en Cataluña. Quédate hasta el final para conocer los mejores destinos en el Pirineo Catalán

Los mejores lugares para visitar en el Pirineo Catalán

Si tuviéramos que hablar de todo lo que se puede ver en el Pirineo Catalán, tendríamos que hacer una enciclopedia, ya que es una región vasta con cientos de lugares atractivos.

Es uno de los destinos favoritos para el turista aventurero, puesto que muchos de sus picos se encuentran a más de 3000 metros. Por otro lado, su fauna y flora son tan llamativas y apacibles, que dan ganas de vivir para siempre ahí.

Veamos cuáles son los mejores lugares para visitar en el Pirineo Catalán:

Pedraforca

Ubicada en el Parque Natural del Cadí-Moixeró, en la Sierra del Cadí, esta sorprendente montaña tiene una culminación en dos picos: el Pollegó Inferior, de 2445 metros, y el Superior, con 2506 metros.

Es una montaña emblemática de Cataluña, por lo que constituye un destino infaltable para los escaladores y excursionistas. Pero si te gusta viajar en familia, hay rutas habilitadas, más suaves, perfectas para ir con niños o con personas mayores. 

Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici

El Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici es el único de Cataluña y uno de los 14 en España. Contiene más de 200 lagos y estanques, junto con muchas cascadas, barrancos y ríos. Además, está formado en su mayoría por picos de más de 3000 metros. 

Su diversidad de flora y fauna, con muchas especies autóctonas, lo convierten en un lugar único, no solo al sur de Europa, sino en todo el mundo. 

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Vall de Núria

Vall de Núria está ubicado a 2000 metros, y está cercado por muchas cimas y ríos cristalinos. Para entrar en él, hay que subirse a un tren cremallera, que recorre más de 12 km y 1000 m de desnivel. 

La naturaleza en estado salvaje, pero apacible, llama a quedarse y a disfrutar de los aires limpios del campo. En invierno se establecen estaciones de esquí para que toda la familia pueda disfrutar de un día en la nieve.

Vall d’Arán

Esta comarca es una parada obligatoria en los Pirineos. Es el último destino antes de pasar al Pirineo Aragonés, al extremo noroccidental de Cataluña. Vall d’Arán está repleto de pueblos e iglesias antiguas. Y, además, cuenta con una gastronomía digna de un paraíso entre las montañas. 

Un rincón que vale la pena visitar, es la Artiga de Lin, considerado el lugar más bello de todo el valle. Está lleno de bosques espesos y riachuelos cristalinos.

Cerdanya

La Cerdanya es una comarca que se divide entre Gerona y Lérida. También se le conoce como El Gran Valle de los Pirineos, y ofrece una experiencia única para el turista, tanto en verano como invierno. 

Cuando el clima es cálido, se pueden recorrer muchas rutas a través de parajes recónditos. Cuando hay nieve, hay muchos deportes para practicar, como raquetas de nieve y esquí nórdico.

Congost de Mont-Rebei

Este estrecho desfiladero, conocido como Congost de Mont-Rebei corta la Serra del Montsec por la mitad, generando un paisaje casi surrealista, por cuyo fondo pasa el río Noguera Ribagorçana. Además, hay un camino tallado en la roca cuyo recorrido, no apto para personas con vértigo, es de lo más emocionante. 

Fonts del Llobregat 

Ubicado a 1300 metros, en el municipio de Castellar de n’Hug, está el nacimiento del río Llobregat, de los más emblemáticos de toda Cataluña. Es una joya de belleza natural y acuática.

Cap de Creus

Este es el primer parque natural marítimo y terrestre en toda Cataluña. Debido a la erosión del viento de tramuntana está repleto de formaciones rocosas únicas. El parque cuenta con 10.800 hectáreas de tierra y 3.000 de mar. 

Además, está el Alt Empordà, que tiene unas vistas inigualables del mar del norte en la Costa Brava. Tiene 682 metros de altitud, por lo que es un destino frecuentado por los turistas.

Fageda d’en Jordà

Este es uno de los lugares más tranquilos y reconfortantes que se pueden visitar en el Pirineo Catalán. Se trata de un hayedo que creció sobre la colada del volcán Croscat. En otoño, la paleta de colores se torna en ocres, naranjas, amarillos y algún que otro verde. Un espectáculo digno de ensueño, y perfecto para visitar con los niños.

Disfruta del entorno natural del Pirineo Catalán

Mucho antes de que el ser humano poblara las majestuosas montañas de los Pirineos, ya había habitantes salvajes allí. En la actualidad, esos habitantes aún sobreviven gracias a lo escarpado del terreno, que ha evitado la expansión humana. 

Los animales están en su medio. Allí podemos encontrar osos pardos, ciervos y al rebeco pirenaico, una especie que estuvo al borde de la extinción pero que afortunadamente ya se ha recuperado. En la flora podemos encontrar muchas especies endémicas, tales como el cardo blanco, la coronilla del rey y la aguileña pirenaica. 

Un destino genial es el Lago de San Mauricio, ahora más grande gracias a una presa. Se ubica en la provincia de Lérida y está rodeado de bosques de pino negro y dominantes montañas.

 

Descubre la cultura del pastoreo y el queso

Si hay algo por lo que resalta la cultura del Pirineo Catalán es por su gastronomía, concretamente por sus quesos, estrechamente relacionados con el pastoreo.

Por ejemplo, el queso del pueblo de Gavàs, en Valls d’Aneu, goza de una fama sin igual. Está hecho a partir de leche cruda de cabra, que los mismos habitantes de Gavàs se encargan de pastorear.

También está el tupí, un queso cuya tradición se remonta a cientos de años en el pasado. Es muy fuerte, tanto de sabor, como de olor, por lo que quizás no atraiga mucho a los niños. Se come con pan, y casi siempre con una copa de vino en la otra mano.

El brossat, elaborado a partir del suero que queda tras preparar el queso, es otra delicia de estos parajes. Es un queso o requesón sorprendentemente fino. Se suele comer con cosas dulces, como miel, frutas o inclusive azúcar.

Los pueblos medievales del Pirineo Catalán

Una de las cosas que más atrae a los turistas de todo el mundo, es la posibilidad de visitar los pueblos medievales que se hallan en esta región. Sentir el viento en el rostro, llenar los pulmones con aire puro de campo y, por supuesto, la acogedora amabilidad de los locales, harán que no te quieras ir jamás de allí.

Estos son algunos de los pueblos que no pueden faltar en tu itinerario de viaje:

Bagà

Sin duda uno de los lugares más emblemáticos del Pirineo Catalán situado en el Berguedà, considerado pueblo medieval, construido bajo el Palacio de los Pinós rodeado de antiguas murallas. Su casco antiguo aún conserva el aspecto medieval y está rodeado de soportales con edificios antiguos. La visita al núcleo antiguo de Bagà es indispensable.

Santa Pau

Este pueblillo data del siglo XIII, cuando se construyó el castillo que hoy es un centro histórico local. Santa Pau está delimitado por una muralla, por lo que, al entrar, te sentirás en el medioevo. Los miradores frente al casco histórico son un gran atractivo, puesto que se puede ver al pueblo en toda su extensión, incluyendo además las zonas boscosas de los alrededores. 

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Besalú y Circusland

Uno de los sitios más icónicos de la provincia de Gerona, es el gran puente medieval de Besalú, que pasa sobre un río como entrada antigua del pueblo. En la actualidad, el festival de verano y los enclaves medievales son buenos atractivos. Además, está el Circusland, una fundación que expone un archivo con más de 250 años de historia del mundo circense. 

El Lago de Banyoles

Este lago es el más grande de Cataluña, y sus aguas azules no llegan a través de ningún río visible. De hecho, se alimenta a partir de canales de agua subterráneos. Además, colinda con la ciudad de Bañolas, un destino apropiado para todos los públicos. 

Beget

Este pueblo es genial para visitar con la familia. Sus casas de piedra te transportarán a un entorno mágico perdido entre el siglo VII y XIII. La Iglesia de San Cristóbal, construida en el siglo X, corona el paisaje con un campanario románico pirenaico de 4 pisos. 

Las montañas rocosas que acunan a Beget, están sembradas de árboles de muchas especies, entre ellos, pinos y hayas. Esto atrae mucha fauna, por lo que es un privilegio despertarse, asomarse a la ventana y escuchar el canto de cientos de pájaros en primavera y verano.

Descubre el Pirineo Catalán en familia

El Pirineo Catalán es uno de los lugares más hermosos del mundo, tanto por su conservación natural, como cultural. Sus rutas para excursionistas, tanto profesionales como esporádicos, lo hacen un destino genial para viajar en soledad, con amigos, con tu pareja o incluso con tu familia. 

Por ejemplo, en Pedratour tenemos una Escapada con niños al Berguedà, que pasa por el río Llobregat y sus afluentes. No dudes en consultar, puesto que tenemos un montón de planes que seguro te atraerán.